Es habitual que un niño con malestar pierda el apetito, pero lo que realmente inquieta a muchas familias es cuando también rechaza los líquidos. En el caso de la diarrea, esta pérdida de agua y sales puede intensificarse con rapidez, sobre todo en los más pequeños, y llevar a una deshidratación aguda si no se actúa a tiempo. Por eso, uno de los mayores desafíos no es solo calmar su malestar, sino conseguir que beban el líquido adecuado, desde los primeros síntomas y tras cada deposición líquida o vómito, en la cantidad necesaria y de forma fraccionada.
Y no todo vale: agua sola, zumos o caldos pueden no aportar los electrolitos necesarios, e incluso agravar los síntomas si se emplean de manera incorrecta. Ahí es donde entran en juego las soluciones de rehidratación oral diseñadas para niños, formuladas específicamente para estas situaciones, con la relación correcta de glucosa y sodio, y los minerales que su cuerpo necesita para recuperar el equilibrio (1,2,3).
Cuando un niño tiene diarrea, su cuerpo también pierde minerales esenciales como sodio, potasio y cloro, que ayudan a mantener el equilibrio interno. Por eso, la hidratación debe ser adecuada tanto en cantidad como en composición (1,2).
Las soluciones de rehidratación oral infantiles están formuladas para:
Cuando la composición del suero es adecuada, el agua fluye eficazmente desde el intestino hacia el interior del cuerpo, favoreciendo la hidratación.
Sin embargo, si la bebida contiene un exceso de glucosa, sodio u otros componentes, la concentración en el intestino se vuelve demasiado alta. En ese caso, el agua puede moverse en sentido contrario, desde el cuerpo hacia el intestino, lo que agrava la pérdida de líquidos y dificulta la recuperación.
Por eso, en situaciones de pérdida de líquidos por diarrea, se recomienda optar por fórmulas específicas como Actúa suero kids, un Alimento para Usos Médicos Especiales (AUME) formulado para el manejo dietético de la deshidratación causada por diarrea y vómitos. Su composición está cuidadosamente diseñada para apoyar la recuperación del equilibrio hídrico y electrolítico (2).
La fórmula de Actúa suero kids va más allá de la rehidratación: combina electrolitos con zinc y postbióticos, dos ingredientes clave por su papel en el cuidado intestinal y el soporte del sistema inmunitario en niños:
El zinc es un micronutriente esencial con un papel protagonista en la recuperación intestinal. No solo ayuda a restaurar la barrera epitelial del intestino, sino que también modula la respuesta inmunitaria y contribuye a reducir la duración y gravedad de los episodios de diarrea (4,5,6). Su uso está respaldado por organismos internacionales como la OMS y forma parte de las recomendaciones nutricionales en este tipo de cuadros.
Los postbióticos presentes en Actúa Suero Kids —L. fermentum y L. delbrueckii inactivados por calor— aportan beneficios demostrados en el cuidado intestinal sin los riesgos asociados a microorganismos vivos. Varios estudios muestran que ayuda a mantener saludable la barrera natural del intestino, a equilibrar las bacterias que viven en él y a evitar que los bacterias dañinas se peguen y causen problemas (7,8,9). Por su perfil seguro, resultan especialmente adecuados para su uso en niños (2).
Conseguir que un niño tome lo que necesita cuando no se encuentra bien no siempre es fácil. El sabor, en estos casos, puede ser decisivo. Por eso, en Actúa suero kids cuidamos no solo la composición, sino también la experiencia al tomarlo. El sabor lima-limón fue elegido tras escuchar a muchas familias, buscando algo que resultara agradable, suave y reconocible para los más pequeños. Porque cuando el producto les gusta, es más fácil que lo tomen bien y que los padres puedan seguir el plan de hidratación sin batallas (10) .
Cuando un niño tiene diarrea, mantener una buena hidratación es clave. Estos son algunos consejos prácticos que pueden ayudarte:
Este artículo no sustituye el consejo médico. Si los síntomas de tu hijo persisten, empeoran o no tolera ningún tipo de líquido, consulta con tu pediatra lo antes posible. Un diagnóstico adecuado y un manejo individualizado son esenciales en cualquier proceso que afecte a la salud infantil.